Capítulo 98: Deudas de sangre.
Un mes después.
–Vamos bebé, abre la boquita que tienes que comer todito para ser un niño grande y fuerte. – Pidió Hugo con suavidad haciendo un puchero mientras que levantaba una cuchara con sopa. – ¿Quién es la cosita bonita de papi? – Preguntó con ternura y escuchó un gruñido.
–¡Deja de tratarme como si fuese un bebé, “Huguito” o te juro que encontraré la forma de meterte la cuchara por ese lugar donde no te da el sol! – Gruñó Felipe molesto antes de abrir la boca para tomar la sopa.
–Encima que te cuido con todo mi amor y cariño, ¿te quejas? – Preguntó Hugo fingiendo estar indignado. – Eres muy gruñón Lipe, jamás has sabido valorar las cosas que hago por ti. – Se quejó Hugo esbozando una sonrisa picará. – ¿Acaso te has olvidado de tu primera borrachera cuando te sujeté el cabello mientras que vomitabas hasta el alma en un baño de aquella discoteca de Sevilla? – Preguntó con un tono dramático y Felipe se rió.
–No exageres las cosas, jamás he llevado el cabello largo y si no recue