Hugo es el atleta mejor pagado del mundo, y también el soltero más codiciado del país, hasta que esa maravillosa vida se ve amenazada por el presidente de su club deportivo que cansado de sus escándalos le da un ultimátum. Debe cambiar su imagen de mujeriego y fiestero por la de un hombre serio y comprometido. Julia, una chica huérfana que llega a España buscando un futuro mejor, se encuentra con todas las puertas cerradas. Sin un trabajo y viviendo en casa de una amiga, está desesperada por encontrar una salida para sus problemas. Juntos son la solución perfecta el uno para el otro, pero ¿Lograrán que no pase de un contrato?¿Logrará conquistar Julia ese corazón libertino? Veremos, después de todo el balón...no ¡el amor! ...está en juego.
Leer másHugo Torres llegando al Santiago Bernabéu parecía un rey feudal entrando a su castillo. Todos los empleados del lugar lo saludaban haciendo una pequeña reverencia y lo miraban como si fuera un dios. Tampoco era una exageración ese comportamiento tratándose del capitán del equipo, balón de oro del año y el jugador de fútbol mejor pagado de la historia.
Fue hasta los vestuarios sin saber muy bien porque lo habían citado allí, y al entrar se encontró con el presidente del club que estaba sentado en uno de los bancos.
–¿Para qué me necesita nuestro amado presidente? –Preguntó abriendo los brazos para abrazar al hombre que le devolvió el abrazo.
–Siéntate Hugo, lo que tengo para hablar contigo es algo serio. –Anunció su presidente y Hugo tomó asiento frunciendo el ceño. –Te admiro mucho, tanto como jugador como persona, es algo que siempre te he dejado bastante claro, pero esto es un equipo y yo necesito proteger sus intereses. Hace meses que te advertimos que deberías poner un control en los escándalos mediáticos que están haciendo sombra sobre tu carrera.
–No soy el único al que le pasa esto Fernando, y tú bien lo sabes.
–No, infelizmente los jóvenes sois muy impulsivos por naturaleza y los que tienen dinero más. Hay decenas de videos tuyos borracho por las redes sociales, denuncias de mujeres que alegan haber salido embarazadas de ti, y tres accidentes de coche que te convierten en un irresponsable. Eso sin contar todas las lesiones que sufriste por estar sin entrenar por tus resacas, todo tiene un límite Hugo estamos perdiendo contratos millonarios por tu culpa. Esto es un equipo, pero también es una empresa que necesita facturar, y por más que seas el mejor del mundo, en el último año hemos perdido mucho más de lo que hemos ganado contigo, y nuestra reputación empieza a verse afectada. Ya no puedo permitir que tus líos de faldas afecten mi bolsillo.
–Eso ya lo tengo muy claro, ahora ve directo al punto Palacios. –Hugo espetó apretando sus puños en el banco que estaba sentado.
–Necesitas cambiar tu imagen de atleta fiestero a atleta ejemplar, serio y si posible hasta prometido, y agradece que no te estoy exigiendo que te cases.
–¡¿Pero te has vuelto loco? ¡¿Quiere que tenga una relación de apariencias por el bien de tu economía?!¡¿Quién te has creído que eres para pedirme algo así?!–Hugo se escandalizó con las palabras de su presidente.
–Soy el hombre que puede ayudarte a terminar tu carrera con broche de oro, o el que puede enterrar tu nombre y no serás recordado nunca más. –Fernando lo amenazó, y Hugo se puso de pie con gesto amenazante. –O cambias tu imagen para la prensa, o no solo te quedarás sin la renovación de tu contrato, también me certificaré de que salgas de este club por la puerta trasera Hugo Torres. Eres ya un treintañero, y sabes bien lo que significa eso para esta profesión. –Fernando terminó lo que tenía que decir y se fue del vestuario dejando a Hugo con la palabra en la boca.
Se sentó en el banco mirando su taquilla y la camiseta con su nombre que Fernando Palacios había dejado tirada en el suelo del vestuario. Hugo llamó a su representante Felipe Herráez, para contarle todo lo que había hablado con el presidente. Quedaron de verse en su casa, y para cuando llegó pudo ver el coche de Felipe entrando al garaje de su mansión.
–Tiene que haber alguna solución Felipe, ese hombre no puede amenazarme así sin más. Puedo poner una denuncia contra él. –Hugo hablaba caminando de un lado a otro y llevando las manos a su cabeza.
–No seas inocente Hugo, por supuesto que el hombre más rico de España te puede amenazar cuantas veces quiera. –Se envaró su amigo. –Además, si le metes una denuncia como mucho terminarás siendo el niño caprichoso y malagradecido escupiendo en el plato que ha comido. La afición del Real Madrid te va a machacar, también olvida la idea de terminar mal con el club y conseguir un buen contrato después. Tu posible segundo Balón de oro quedará solamente en tus sueños.
–Gracias por la gran motivación que me estás dando Felipe.
–Soy tu representante, pero también soy tu amigo, no esperes que te diga lo que quieres escuchar.
–¿Entonces tengo que hacer lo que me está mandando? –Hugo preguntó con cansancio.
–Sí, tampoco es tan difícil que te consigas una novia. Hay millares de mujeres que quieren estar contigo.
–Por supuesto que hay, un montón de locas, controladoras y celosas. No pienso entrar en una relación con nadie. Jamás aceptaría tener un compromiso con una persona por una simple obligación, sé perfectamente que ese tipo de arreglos no terminan bien, y no pienso hacer daño a nadie, mucho menos engañar. Además, si ya me odian por unos cuantos polvos casuales, imagínate si le pongo los cuernos a una novia, sería crucificado. –Contestó con indignación.
–En eso te doy la razón, y una mujer dolida montando un escándalo es lo último que necesitas, solo empeoraría tu imagen. Pues que sea una novia falsa, alguien a quien no le importe lo que hagas. Que te ayude a fingir una relación y te permita seguir viviendo tu vida de soltero.
–No seas ridículo Felipe, es una idea absurda. No funcionaría, ya sabemos de unos cuantos casos que han terminado en juicios, o peor casados y en juicios.
–Buscaré una solución Hugo, te prometo que nadie va a destruir tu carrera, ni siquiera tú mismo. –Le consoló su amigo, pero se sorprendió cuando lo vio ponerse de pie. –¿Se puede saber a dónde vas ahora? –Preguntó con curiosidad.
–Me han diseñado un nuevo reloj, así que voy a por él.
–¿Desde cuándo necesitas ir tú a buscar algo? – Extrañó su amigo.
–No lo necesito, pero así salgo, doy una vuelta y respiro un poco.
Salió de su casa y manejó hasta el centro de Madrid, su cabeza no dejaba de dar vueltas a las palabras de Fernando Palacios. Por un lado, sabía que tenía razón, los escándalos en los que se había empezado a meter en el último año, terminarían destruyendo su carrera, si es que no lo hacía antes la administración de su club. Había llegado muy lejos, más de lo que cualquiera podría llegar a soñar, pero no había hecho todo ese esfuerzo para quedarse a mitad del camino. Lo que no se imaginaba es que la solución para su problema estaba bajando de un autobús en ese mismo momento de camino a una entrevista que cambiaría para siempre sus vidas.
Julia bajó del autobús muy nerviosa por la entrevista que la esperaba. Había intentado de todo, pero las puertas se habían cerrado para ella. Esa entrevista de trabajo era su última oportunidad o podía olvidarse de su nueva vida en España y tendría que regresar a Argentina con una mano delante y otra detrás, eso sin contar que en su país ya no tenía a nadie.
Su mejor amiga Kelly y su madre Aurora la habían acogido en su diminuto departamento cuando llegó a España y quería ayudarlas en todo lo posible, como ellas la habían ayudado. Aurora trabajaba de limpieza en aquella zona del centro limpiando tiendas, y le había asegurado que intentaría dejar uno de los currículos de Julia en alguno de esos locales, y ahora por fin la habían llamado de una de esas tiendas.
Nada más entrar se sintió un pez fuera del agua, la tienda no solamente era exclusiva, sino que también era muy lujosa. Se miró en uno de los espejos de la entrada y suspiró, tal vez lo que llevaba puesto no fuera lo más adecuado para esa entrevista, pero aquella ropa era lo mejor que tenía en su maleta. Se llenó de valor y caminó hasta el mostrador donde dos dependientas la miraron con total desprecio.
Hugo aparcó el coche en un aparcamiento privado de la calle Serrano y decidió caminar hasta una de las tiendas más exclusivas de la zona. Nada más entrar notó que estaba vacía, pero escuchaba unas voces que venían desde el mostrador de la tienda y se acercó para ver qué estaba pasando. Había una mujer de piel muy blanca y un cabello largo, castaño oscuro que forman hermosos tirabuzones hasta llegar a la curva de su trasero. Estaba vestida de forma simple, unos jeans y una camiseta rosa palo de manga corta. No podía ver su cara, pero solo de espaldas ya se veía hermosa y su voz parecía la de un ángel.
–Por favor, esta es mi última oportunidad señorita, aprendo rápido y soy muy trabajadora.
–¡¿Te has creído que esto es una ONG?!–Se burlaba la dependienta junto con otra que estaba a su lado y se reían de la chica.
–Necesito este trabajo sino no podré regularizar mi situación en este país, me van a deportar si no consigo los papeles. Si me dan esa oportunidad no se van a arrepentir, se lo juro. –La chica rogaba, se veía realmente desesperada.
–¡¡Un favor que nos haría inmigración con librarnos de gentuza como tú!!¡¿Mal vestida y encima inmigrante, no sé cómo permiten a este tipo de gente entrar en este país?!– Exclamó la dependienta humillando a la chica.
–Todo está explicado en mi currículo, si sabían que no estaba calificada para este puesto, ¿por qué me llamaron? –Julia preguntó indignada y la mujer miró a su compañera con gesto acusatorio.
–Vi su foto de perfil y parecía que tenía un buen porte físico, también habla inglés, no me esperaba está muerta de hambre. – Respondió la otra chica a la mirada acusatoria de su jefa. – Tienes razón Maite, no deberían permitir la entrada a esta gente, al escuchar esas palabras Hugo sintió que ya no podía quedarse al margen.
–¡¡También deberían preparar la salida de personas como usted señorita!!
–¡¡¡¡Señor Torres!!!!–Exclamaron las dos dependientas a unisonó.
Veinte años después. Felipe estaba en aquella galería de tiro viendo como su hija mayor disparaba con maestría, preparándose para convertirse en la primera mujer en entrar en la unidad de élite del Cuerpo Nacional de Policía de España. –Te dije que era una Guerrero. – Murmuró Abraham acercándose a Felipe que sonrió con condescendencia. –Una Oliveira que ahora es una de las mejores agentes de policía de España, hace unos años cualquiera diría que esto sería imposible. –Independiente de lo que ha elegido para su vida estoy orgulloso de ella, mi hija es una mujer fuerte que ha nacido para hacer que más de un machito se cague en los pantalones. – Respondió Felipe y los dos se giraron para verla disparando sin fallar ni un solo disparo, tenía el pulso firme lo que le daba una puntería perfecta. – También debo agradecerte por todo lo que has hecho por ella Abraham. Entrar en los GEOs no fue una tarea fácil y logró hacerlo con tu ayuda. –No Felipe, nuestra niña lo logró por su fuerza y d
Kelly y Beatriz saltaban de felicidad en el salón junto con Zoe mientras que veían las noticias sobre Rodrigo de Oliveira, el tío de Felipe que estaba en la cárcel. Kelly se preguntó porqué Felipe no estaba celebrando con ellos aquel momento tan importante para la familia, entonces se fue a buscarlo. Felipe estaba de pie mirando por la ventana de su habitación viendo como la nieve empezaba a caer en la sierra de Madrid. Había estado hablando por teléfono con Adriano Ferrer, el mafioso que había ayudado a Eros a deshacerse de Adela Valverde y también el mayor enemigo de Abraham Guerrero. Felipe sentía un fuerte dolor en su pecho después de haber escuchado todo lo que Adriano tenía para decirle, pero sabía que tenía que ser fuerte por su familia ya que a partir de aquel momento los Oliveira tenían que enfrentarse a lo que más temían, la caída de su imperio. Después de pensar en lo que debería hacer a partir de aquel momento, Felipe reunió sus fuerzas para escuchar el mensaje de voz q
María Eugenia estaba caminando de un lado a otro por el despacho de su mansión, mirando el único retracto de su fallecido marido que quedaba en aquella casa y se hizo un apunte mental para recordar prenderle fuego, cuando alguien tocó la puerta llamando su atención. –Duquesa el barón está esperando en el salón. – Anunció Laura entrando al despacho y María Eugenia se llevó una mano a la cien porque sabía que su dolor de cabeza había llegado. –Lo recibiré aquí Laura porque necesito que esa conversación sea lo más privada posible. – Contestó María Eugenia y Laura la miró intrigada. –¿Crees que está aquí el barón por ese antiguo acuerdo? – Preguntó Laura con preocupación y la duquesa se giró para mirar por la ventana. –La existencia de Iker es noticia es todas partes, sobre todo después del nacimiento de Kai en la final de Champions. –Contestó María Eugenia y suspiró con cansancio, porque sabía que aquella noticia despertaría viejos intereses. – Algunas revistas directamente han anunc
Pilar salió del ascensor de su edificio sujetando una botella de champagne, caminando descalza agarrada al brazo de uno de sus amantes.Los dos habían pasado toda la noche celebrando el hecho de que su marido estaba a punto de morirse y a pesar de que no se llevaría gran parte de la fortuna de Amancio estaba feliz, porque pensaba que su marido le dejaría una buena suma para asegurar su futuro y el lujoso departamento donde vivían, ya que en sus condiciones no tenía fuerza ni cabeza para cambiar su testamento.–Tenías que haber invitado a tu amigo, porque esta noche me apetece hacer un trío. – Habló Pilar tambaleándose mientras que buscaba la llave del departamento en su cartera.–Jamás en mi vida había visto una viuda tan alegre como tú, eres realmente la maldad personificada. – Se burló el chico quitándole la botella de champagne para tomarse un trago.–Casi viuda querido, porque el maldit* viejo todavía no ha muerto. – Aclaró Pilar agarrando la camiseta del chico, que debería ser un
Felipe agarraba la mano de su padre con fuerza mientras que lo miraba a los ojos, olvidándose de todo lo malo que había pasado entre ellos, porque aquel no era el momento para reproches, ni discusiones, solo era un momento de sinceridad entre padre e hijo, una oportunidad que la vida le estaba ofreciendo para sanar viejas heridas, aunque fuese tarde par uno de ellos. –Eres mi niño y debí protegerte de ella, del daño que te hizo. – Murmuró Amancio con tristeza. –Pilar ha destrozado nuestras vidas. – Murmuró Felipe asqueado solo de recordar el rostro de su madrastra. –No hijo, lo hice yo, pero me alegro de saber que tú vida no ha terminado destrozada. – Contestó Amancio. – Sé que te has casado y estás formando una familia con la mujer que amas y no sabes lo feliz que esto me hace. Porque quién se merece pagar por sus pecados aquí, soy yo, tú eras inocente en toda esa historia. Te mereces ser inmensamente feliz mi chico. –Pero no es justo que acabes así papá, sin derecho a una segund
Siete meses después.–Hugo, tengo la “cosa” esa pegada en mi cabello. – Se quejó Julia agarrando una mecha de su cabello mientras que Hugo intentaba ayudarla a lavarlo.–Tranquila bebé, una vez escuché que es un hidratante natural buenísimo. – Contestó Hugo aguantándose las ganas de reírse.–Ah, ¿sí? – Preguntó Julia con sarcasmo girando la cabeza para verlo, mientras que tenía todo el cabello lleno de espuma. –Entonces, ¿por qué no te lo echas en la cara?–Porque se ve mucho más bonito y morboso en la tuya. –Contestó Hugo mirándola con malicia y Julia le dio un pellizco en el brazo. – ¡Auuuch! –Se quejó y después la abrazó por detrás deslizando las manos por la pancita de embarazada de su mujer que apoyó la cabeza en su pecho mientras que el agua de la ducha caía sobre ellos. – ¿Todavía te duele la espalda? –Preguntó preocupado y Julia asintió.–Un poco, pero le pediré a mi abuela que me haga el masaje esta vez. No pienso arriesgarme a que una bestia salvaje quiera poseerme como un l
Último capítulo