—Aún no tengo planes, debería quedarme en casa.
Juliana apretó los dedos y respondió conteniendo la impaciencia.
Hacía frío en invierno y ella no tenía algo que hacer afuera.
—Ya —asintió Santiago, inclinando la cabeza para mirar a la chica—. Ya que no tienes planes, ¿si tengo el honor de invitar a