—Pero…
Antes de que Juliana pudiera terminar de hablar, Adrián la interrumpió.
—Hermanita, entiendo lo que quieres decir. Pero es responsabilidad de los hermanos devolverte la llave, y es tu confianza entregarnos la llave. Pues no puedes mantener la contraseña.
La voz de Adrián no era rápida ni lent