—¿Algunas dudas?
Adrián ya se había bajado del asiento del conductor, se acercó al asiento trasero y caballerosamente le había abierto la puerta a Juliana.
No se apresuró a instar a la chica en el auto a que se bajara, sino que simplemente se paró frente a la puerta con una leve sonrisa, bromeó: —¿O