—Eso es lo que dijiste, yo no lo dije.
Juliana le sonrió, bajó la mirada hacia el pequeño cuchillo en su mano e incluso levantó la mano para probar el filo del cuchillo.
El puñal reflejaba destellos fríos bajo la luz de la hoguera, y la sonrisa en el rostro de Juliana parecía un tanto siniestra.
—Se