Después de un prolongado silencio, se escuchó un desprecio seguido de una risa burlona.
—Realmente eres ingenua hasta cierto punto.
Santiago inclinó la cabeza, y una sonrisa pálida se dibujó en su rostro.
Una gota de agua se deslizó lentamente desde su frente; no estaba claro si era sudor o una got