Juliana estaba hecha un lío en su cabeza.
No quería pensar en el pobre hombre en la cama, incapaz de ponerse de pie en este momento, pero su mente no dejaba de imaginar cómo sería él en el futuro, sin control alguno.
Ya sea con cicatrices feas en su rostro, miradas extrañas de la gente o el tormento