Laura, sosteniendo su rostro con incredulidad, miró a Fabiola temblorosa: —¿Cómo te atreves a golpearme?
Aún sin reaccionar del dolor, miró a Fabiola conmocionada, apuntándola con un dedo acusador.
Siendo la primera vez que Fabiola levantaba la mano, su golpe fue más bien suave.
A pesar de que su ma