Emiliano sacó un pañuelo de su bolsillo y se lo ofreció:
—Límpiate.
—No necesito tu falsa amabilidad.
Juliana apartó su mano cuando él intentó ayudarla, su mirada desafiante.
—Supongo que alguien como yo no merece tu caridad, ¿verdad, señor Torres?
Juliana dio media vuelta, lista para irse. Origina