Sin embargo, esa idea solo duró un momento.
Él, mirando sus ojos burlones, involuntariamente apretó su agarre en su muñeca y le dijo:
—Hasta que se completen los trámites de divorcio, sigues siendo mi esposa, ¿eso es suficiente?
Juliana asintió seriamente y dijo:
—Entonces, ¿señor Torres finalment