Esa tarde al fin recibí la noticia que con tanta ansiedad estaba esperando en esos últimos meses: ¡¡¡Alessia dio a luz una hermosa bebita!!! Ella me envió un selfie con su retoño en brazos y la vi a mi amiga divina, con su sonrisita mágica iluminando su carita de cielo y los ojitos prendidos como grandes faroles.

La noticia desató la fiesta en la redacción de "El Fisgón". Todos empezamos a dar gritos, hurras y vivas y Hill, incluso, abrió una gran botella de champán que tenía escondido en su aparador y que reservaba para un gran acontecimiento como ese. -¡¡¡A celebrar muchachos!!!-, ordenó, además traer copas. Luego brindamos todos juntos por la felicidad de nuestra amiga convertida ahora en flamante mamá.

En medio de la euforia y algarabía en la redacción, se me acercó Waldo sonriente, con su copa en las manos. -A mí también me gustaría ser padre-, me disparó de frente, al medio de mi corazón. Yo, como bien imaginarán, quedé paralizada, estupefacta y pasmada, boquiabierta y s