Sara, una chica buena como cualquier otra, quien no tiene grandes ambiciones, solo quiere algo que ella ve como normal y formar su propia familia, pues eso es lo que ha aprendido de sus padres amorosos, honestos y responsables, quienes le inculcaron los valores fundamentales que rigen la sociedad. Dedicada a su trabajo, pierde relaciones amorosas que la encaminan a un último esfuerzo por buscar su anhelada normalidad, sus relaciones poco duraderas o tóxicas la han llevado a creer que el amor es algo difícil de alcanzar en la actualidad, como último remedio hace un intento desesperado por conseguir un compañero de vida, sin mucho éxito recurre a una aplicación para conseguirse unas citas, lo cual desencadena en una relación que de normal solo tiene la apariencia. El bendito novio guarda secretos que ella ni sospecha, pero es sabido que las mentiras solo crecen en proporciones desmedidas al seguirlas alimentando. Descubramos cómo Sara hace frente a las mentiras, será otra relación que termine en fracaso o ¿podrá haber algo de verdadero en aquel amor?
Ler maisTitulo original: Amor de App
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Prólogo
Ser normal, está siendo difícil, solo quiero una pareja y de congeniar una familia propia, al parecer en estas épocas no todo mundo tiene responsabilidad afectiva, si efectivamente, yo también tenía esa cara cuando alguien me dijo eso, tuve que ir a mi celular para buscar a qué se referían, pues resulta que ya le han dado nombres rimbombantes a lo que nosotros a la antigüita le diríamos “amar bonito”.Por mis constantes fracasos amorosos, he tenido que recurrir a una aplicación para buscarme una cita, este método no me convencía al principio, primero parece un menú en el que puedes elegir, nada más alejado de la realidad, parecen tan asequibles que se le va lo interesante y la gente ya no hace el mínimo esfuerzo por genuinamente conocerte, ahora hasta té “ghostean”, si, otra palabra acondicionada a estas nuevas modalidades.
Considero que esto de buscar en una aplicación será mi último intento, para buscar una pareja.
-1.68 cm. -Formación Profesional
-Agnóstica -Bebedora social
-Soltera -Capricornio
-Sin Hijos -Busca relación
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Intro
Mentiras blancas o las que no lo son tanto, todas llevan al mismo camino, cuando alguien las descubre.
Las inseguridades y los presentimientos, los odio, ¿por qué siempre deben ser acertados? No, no es mi sentido arácnido. Por ¡Dios! Como debe divertirse.
Estaba emocionada como siempre, ese es el efecto que este hombre tiene en mí, tan solo el cumplido que me había hecho sobre mi apariencia, me aseguraba que realmente me deseaba.
A lado de él siempre me siento un poco fuera de lugar, sé que es observado y que es acreedor de las miradas femeninas, es inevitable, por ello me esmero en mi arreglo a la hora de tener una cita con él.
Hoy no era la excepción, luego de salir del baño, fui pensando en su propuesta de pasar la noche con él, aunque era entre semana ya lo hemos hecho, ya hasta tengo un cambio de ropa en el auto, previendo un posible encuentro.
Antes de entrar a la sala del museo me detuve a ayudar a recoger un montón de panfletos que se le cayeron a una joven, cuando logramos juntarlos todos, fui a la sala. Mis ojos y mis oídos me debían estar fallando. Daniel estaba de espaldas.
— ¿¡Marco Añorve!? ¡Oh querido! ¿Eres tú?, creí que me estaba confundiendo — una señora le dijo. Por un momento me quedé procesando lo que había escuchado, vi como Daniel miro a todos lados, en automático me oculte detrás de la pared, para escuchar su corto intercambio.
Cuando fue suficiente, regresé a toda prisa al baño, empecé a pasearme de un lado a otro intentando digerir la información, me detuve frente a un lavabo, me sujeté al mueble, pues sentí que me iba a dar un ataque de pánico, nunca los he sufrido, pero justo ahora sentía que el aire me abandonaba y solo ese bendito lavabo me servía para anclarme.
Una señora me dijo que no me veía nada bien, ofreció llamar a alguien, fue cuando desperté de mi trance y comencé a inhalar bocanadas grandes de aire, mientras la amable señora pasaba su mano por mi espalda una y otra vez.
Le agradecí a la mujer su intervención, le aseguré que ya me encontraba mejor, aunque no era cierto del todo, me armé de valor, marché hasta la sala, quise preguntarle de inmediato qué había pasado.
Pero mi yo cobarde afloro, de ser cierto, esto era la forma más fácil y rápida de decirle adiós a mi pequeña aventura.
Mientras observábamos la exposición, un soliloquio interno se formulaba en mi cabeza, de forma rápida intente evaluar la situación, por supuesto que Daniel notó mi distracción, yo se lo atribuí a un malestar.
Con lo acontecido, no me creí capaz de poder darle una solución a lo que escuche, ¿confrontarlo?, no me pareció la mejor opción.
Daniel, ese no era su nombre, nunca corrigió a aquella dama y el otro nombre se me hacía conocido, su apellido, sobre todo, Grupo Añorve donde Daniel dijo trabajar, ¡aah!, que lío.
Necesitaba pensar, las tribulaciones de mis emociones y pensamientos me llevarían a actuar de forma que luego seguramente me arrepentiría, nunca está uno conforme con su actuar, tal vez luego me recrimine el no plantarle unas bofetadas por el épico engaño.
Ante mi aparente indisposición de seguir con nuestra velada, él me propuso dejarlo para otro momento, me llevo a mi departamento, quiso ser amable ofreciéndome su asistencia, pues quería que viera un doctor, cosa que rechace rotundamente, alegue que con una pastilla se pasaría.
En mi departamento no pude más que quedarme como perdida, me tendí en mi cama y con la luz apagada me deje llevar por mis pensamientos y los miles de explicaciones que le busque a lo ocurrido; estaba molesta, decepcionada, triste, y a punto de las lágrimas que una y otra vez me trague, el nudo en mi garganta crecía, pero de ninguna forma quería derramar lágrimas.
Me culpé por ser yo quien pase por alto mi buen juicio y mi auto preservación, por querer experimentar salir con el hombre guapo, ahora tenía una idea de todo el bodrio que se inventó.
Esa noche no concilie el sueño, tal vez hubiera sido preferible llorar como Magdalena, para desahogar el cúmulo de emociones y que el agotamiento me permitiera cerrar los ojos, aunque fueran unas pocas horas. Mi cerebro formuló incontables historias y excusas. Traicionero corazón era el que se estaba aprovechando para influenciar a mi cerebro para procurarle una salida a este canalla.
¿Cómo llegue a esta catástrofe? Quizá sea necesario retroceder un poco para ver en dónde metí la pata.
NOTA DEL AUTOR
"¡Hola! Gracias por darle una oportunidad."
Marco La alta estaba lista tan solo al hacer la petición de ella, lo que más nos costó fue reunir las cosas, por suerte el chófer vino a darnos una mano, todos nos esperaban en casa, no tenía caso que vinieran. Sara salió caminando con la niña en brazos, me adelante y me le puse enfrente antes de que ni siquiera se le acercara. Por alguna razón Elena estaba en el hospital. —Vaya, ¡felicidades! —el tono fingido de Elena lo decía todo, me puse a su costado y la sujeté por el brazo. —¡Escucha bien!, está es la última vez que apareces enfrente de nosotros o cerca —se lo manifeste casi en susurró. —Pero si yo solo vine a conocer a su bebé. —Ahórratelo, no quiero tener que tomar medidas drásticas. Date por advertida, si aprecias tu vida desaparece para siempre o yo me encargo de ello. Ve al hotel donde te estas quedando reúne tus cosas y sal en el primer vuelo que encuentres, no te quiero en esta ciudad. —¿Quién te crees para darme ordenes? —Alguien que con tan solo desearlo te pued
Sara De regreso a casa al ser largo el trayecto me quedé dormida, recargada en Marco, al percatarme que no se movía la camioneta desperté, efectivamente estábamos llegando, él amablemente me ayudo a bajar. Hoy a diferencia de otros días no había armado mi fuerte de almohadas para dormir, nada más salir del baño, vi a Marco con papeles por la cama y a él leyendo muy concentrado, fui recogiendo hoja por hoja ya él podría ordenarlos luego. Me senté en la cama y me fui gateando hasta donde estaba sentado, le quité las hojas que traía en la mano y las puse en el mueble junto a la cama. Me acomodé entre sus piernas y recargue mi espalda en su pecho, tome su mano. —Déjame admirarlo —me refería al anillo que hacía horas le di. —¿Te gusto? Podemos cambiarlo si no es tu estilo. —Me encanto, al igual que el lugar, la comida, el baile, que me hicieras recordar buenos momentos. Fue perfecto. Ahora yo debo esforzarme porque comparado contigo mi propuesta fue muy lamentable. —Un poco si, no lo
Sara No tenía mucho que hacer en la oficina, así que me mandaron como representante del grupo logístico para conocer al nuevo administrador, Marco había comentado conmigo sobre que él tendría que acudir a dicho evento. Lo busqué tan solo llegar, lo vi unas filas por delante de mí, así que al verlo sentado le mande un mensaje, tendría transporte de regreso, así no me sentiría sola aquí esperando por un taxi. No prestaba mucha atención a lo que habla el hombre del micrófono, pues se nos entregó un tríptico con la información relevante del sujeto, por lo que nada de lo que decía mis oídos le veían importancia, me distraje más aún al ver que una rubia bastante tentadora se fue a sentar a lado de Marco, no sé cómo desplazo al sujeto que se encontraba a su lado. Ella se veía sonriente mientras que no podía ver a Marco, en ningún momento la volteo a ver, tal vez era mi imaginación. Al término la gente emprendió la huida, yo preferí esperar que se desalojara, Marco siguió al grupo del Admi
Sara En el lugar aún en la celebración hice una videollamada a mis padres para contarles lo que sucedía, vieron la fiesta en curso y luego Marco me quito el celular. —¡Buenas noches, suegros! —enfoco mi mano con el anillo —le pedí matrimonio, estamos comprometidos. ¿Tenemos su bendición? Mis padres parecían muy emocionados. —Solo si la cuidas como lo más preciado en tu vida, somos viejos; aun así, soy capaz de llevármela de tu lado si me la haces sufrir. —No se preocupen, sé que me están confiando el mayor de sus tesoros y como tal la valoraré y cuidaré. —Siendo así, tienen nuestra bendición. Marco saco su teléfono y dijo era el turno de su madre de escuchar la noticia. Esta vez yo le quité el celular. —¡Buenas noches!, espero que no seamos inoportunos. Estamos celebrando —le mostré el anillo en mi dedo anular. Nora dio un grito y Alin apareció de inmediato. —¿Cuándo?, quiero los detalles. Más importante, ya me pongo a organizar la boda. —Su entusiasmo era desbordante, Alin po
Marco No cabe duda que todo se paga en esta vida, engañe a Sara y ella me engaño a mí, en otras circunstancias esto pudo causar una ruptura definitiva. Su actuar me haría pensar que lo hacía con segundas intenciones, para manipularme o algo por el estilo. Mis pensamientos me llevaron a deducir que estoy pagando todo lo que hice con anterioridad. Nada de eso me importa, necesitaba meditarlo porque debía sacarlo de mi ser y desecharlo. Poco significa lo que hicimos. Era como sentirme iluminado porque gracias a casi tener un pie en la tumba muchas cosas pierden sentido y es en dónde me di cuenta lo que realmente importa para mí. Le conté a mi madre, no podía creerlo; aun así, alabo mi capacidad de discernir que de ningún modo ella era de esa clase de personas que usaría a su bebé para obtener algo. Yo soy el que vino a ella para rogar por una oportunidad, de no ser por cómo se ha desarrollado esto, ella seguiría tan feliz como la encontré. Si desaparezco de su vida es tan capaz y auto
Sara Un día al llegar luego del trabajo, Laura me recibió, comento que el señor me tenía algo preparado, yo sabía que su sorpresa era que había trasladado mi taller a este lugar, al parecer me quería tener en la casa, lo que él no contemplo que mi estancia en la casa sería tortuosa. ¿Qué haría yo cuando él se recuperará y regresara a trabajar? A la entrada de la recién remodelada habitación estaba Marco con una mega sonrisa, no quise ser aguafiestas y le seguí la corriente, me mostró el lugar, había comprado todo nuevo, ósea que mi espacio en la cafetería seguía existiendo, eso me dio un gran respiro. Le agradecí que hubiera armado este espacio para mí. —Marco, esto fue demasiado, pensé que solo trasladarías el taller, por eso no me opuse, pero ahora dime ¿cuánto te debo? —Nada, digamos que es el pago por la asistencia que me has prestado estos días y lo que falta hasta mi total recuperación. Me abrazo —Sara ve haciéndote a la idea que lo mío es tuyo. Esa idea sigue sin terminar
Último capítulo