Marco
La alta estaba lista tan solo al hacer la petición de ella, lo que más nos costó fue reunir las cosas, por suerte el chófer vino a darnos una mano, todos nos esperaban en casa, no tenía caso que vinieran.
Sara salió caminando con la niña en brazos, me adelante y me le puse enfrente antes de que ni siquiera se le acercara.
Por alguna razón Elena estaba en el hospital.
—Vaya, ¡felicidades! —el tono fingido de Elena lo decía todo, me puse a su costado y la sujeté por el brazo.
—¡Escucha bien!, está es la última vez que apareces enfrente de nosotros o cerca —se lo manifeste casi en susurró.
—Pero si yo solo vine a conocer a su bebé.
—Ahórratelo, no quiero tener que tomar medidas drásticas. Date por advertida, si aprecias tu vida desaparece para siempre o yo me encargo de ello. Ve al hotel donde te estas quedando reúne tus cosas y sal en el primer vuelo que encuentres, no te quiero en esta ciudad.
—¿Quién te crees para darme ordenes?
—Alguien que con tan solo desearlo te pued