capitulo 43

Pasó el tiempo y por fin lograron abrir el ascensor, dejando ver a Adal y Alana completamente dormidos, ambos abrazados. Esta imagen causó ternura en su hermano, ya que eso demostraba que todavía había esperanzas, pero por otro lado estaba Arturo no muy feliz con lo que estaba ocurriendo, Arturo sentía mucha atracción por Alana y tenía miedo de que el señor Muller se quedara con ella. Anton se acerca dándole pequeños toques a su hermano para que despierte

-hermano, levántate - Adal de a poco abre los ojos y al ver a su preciosa castaña dormida en sus brazos suelta un largo suspiro. Al percatarse de que el ascensor ya está abierto da gracias a Dios

-al fin acabo todo

- vamos a despertar a Alana, así la podré llevar a su casa - menciona Arturo, pero Adal no le gustó para nada esa idea

-no lo vamos a hacer, paso por mucho hoy y creo que es mejor que descanse

-entonces dámela yo la llevo a su casa- Adal se vuelve a negar

-escuche señor Rosales, Alana es mi prometida, así que de ella m
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