Alejandro vio a Sabrina nada más llegar.
Iba a ir a saludarla en un momento, pero para su sorpresa, ella tomó la iniciativa y caminó hacia él.
—Hace tiempo que no nos veíamos.
Alejandro miró a Sabrina con una sonrisa irónica, sintiendo que tenía alguna intención.
Sabrina levantó su copa, —Felicidades por haber conseguido lo que querías.
Alejandro chocó su copa con Sabrina y la miró con ojos serios, —Gracias, no esperaba que me felicitaras.
—¿Sorprendido? —sonrió Sabrina.
Alejandro tomó un sorbo de vino tinto y no ocultó sus pensamientos, —Con tu relación con Francisco, ¿no deberías tratarme como a un enemigo?
Sabrina agitó con elegancia su copa de vino y sonrió, —Eres muy inteligente.
Alejandro se quedó de piedra en ese momento.
Sabrina miró a Alejandro y hizo un gesto para que se acercara a ella.
Alejandro dudó un momento, y se acercó.
—Alejandro, ¿recuerdas cuando te dije que si hacías algo contra Francisco no te dejaría ir?
Alejandro sonrió, —Así que hoy has venido a re