No sé cuánto tiempo llevamos solos, sin embargo, ninguno de los dos ha dicho nada. Cris ni siquiera me miro ya, desde que se fue su amigo ha parecido estar perdido en sus pensamientos, tal vez lo que le dije antes, lo dejo pensando.
Miro la hora en mi reloj y me doy cuenta de que ya paso de la media hora que había estipulado, debo volver lo más pronto posible si no la niñera estará en un aprieto por mi culpa.
―Me tengo que ir ―digo, al tiempo que me giro para ir hacia la puerta.
―Espera ―. Me detengo cunado lo oigo.
Sin volverme, me quedo ahí plantada, esperando a que añada algo más. Se toma su tiempo y se aclara la garganta.
― ¿Tenías algo más que decirme?
Él lo sabe o sospecha que algo le oculto. Bueno, no le estoy escondiendo nada, solamente no he tenido el momento adecuado para aclararle las cosas y hablarle de nuestra hija.
―Si ―. Me vuelvo y lo miro desde a cierta distancia. ―Quiero aclarar algo que Fausto menciono en el evento y que tú malinterpretaste.
No quería hacer e