—¿Quién eres tú?
Murmuró Lorraine confundida al verse a sí misma parada junto a ella. Al no obtener respuesta, volvió a preguntar.
—¿Eres el alma que pertenecía a este cuerpo?
Sin embargo, el espíritu se mantuvo callado, lo cual confundió más a la joven.
—¿Acaso quieres recuperar tu cuerpo? —dijo de nuevo.
Otra vez, el alma la miró con tristeza, pero sin emitir ni un sonido. Esto frustró a Lorraine, que no le quedó de otra que no insistir más en el absurdo interrogatorio. En ese momento, Dereck apareció en la habitación y el espíritu se esfumó.