─Creo que mejor me uno a ti y a Robert para defendernos unos a los otros ─dijo con algo de pesar, porque no era fácil salir de tu retiro para emprender una loca misión personal contra un alto personero del gobierno.
─Sabia decisión, Tamaz ─le respondió Robert─ Tenemos bastantes recursos aquí para escondernos y protegernos un buen tiempo, al igual que contamos con la ayuda de la CIA aquí, por eso logramos saber que dos agentes rusos camuflados habían entrado al país.
─¿Sabían que Barak estaba aquí? ─preguntó con algo de sorpresa reflejada en su cara.
─Así es, amigo. Como te dije, al tener a las agencias del gobierno a nuestro favor hace que la vigilancia sea más fácil y la protección mucho mejor ─le contestó rápidamente Robert─ fíjate que después de saber que habían comenzado a liquidar agentes y de saber que Barak estaba aquí envié a mi esposa a un lugar seguro.
─Bueno, eso es tener alguna ventaja. Voy a confiar en eso ─dijo Tamaz luego de pensarlo unos segundos.
─Hoy ustedes se vendr