Rubí killer es una chica de 19 años, que tiene un oscuro pasado el cuál ella deja todo atrás. Y decide empezar de nuevo con su vida en otro país, donde nadie la conoce, como también nadie sabrá su secreto. Acompañada con su familia, ella sigue adelante con su vida, tratando de llevar una vida de lo mas normal posible Pero lo que ella no sabe es que muy pronto el curso de su vida y las que la rodea tomarán un curso muy diferente a los que ella imaginaba. Muy pronto se vera sacudida por la presencia de un hombre poderoso, quien no la dejara irse de su vida, el amor y la obcecación de tenerla será mas fuerte que la propia razón. ¿Acaso ella aceptará los cambios en su vida? ¿ Aceptará ella este amor? Sólo nos queda averiguarlo...
Ler maisHe leído muchos libros de amor a lo largo de mi vida. Y, aunque nunca he creído en ese sentimiento apasionado, siempre me ha fascinado leerlos. Desde temprana edad, he visto la vida desde una perspectiva diferente cuando se trata del amor. Para mí, el "amor verdadero" no es más que una idea romántica escrita en papel, una ilusión que otros viven, pero que nunca he sentido realmente. Tal vez es solo mi experiencia, pero en mi mundo, ese tipo de amor simplemente no existe. Afortunadamente, he aprendido a encontrar satisfacción en mi soledad, libre de las complicaciones que trae el enamorarse.
Junto a mi hermana, Juliana, hemos cambiado de país, de apartamento en apartamento, buscando estabilidad. Ella, a diferencia de mí, encontró el amor en medio de nuestro caos. Y de ese amor nació mi adorada sobrina, Victoria, una niña caprichosa, hermosa y tierna que ilumina nuestros días. A pesar de todo lo que hemos vivido, no puedo imaginar una vida lejos de ellas. Son mi familia, mi refugio en un mundo que ha sido cualquier cosa menos amable.
Nuestros padres, bueno… Ellos nunca estuvieron realmente presentes en nuestras vidas. Desde que tengo memoria, Juliana y yo nos tuvimos la una a la otra para enfrentar el mundo. Los recuerdos que guardo de nuestros padres no son agradables; más bien, están llenos de sombras y amargura. Mi padre era un hombre involucrado en negocios oscuros, rodeado de armas y problemas. Era un fantasma en nuestras vidas, ausente tanto en cuerpo como en espíritu. Mi madre, por su parte, trabajaba incansablemente en un hotel durante la semana y en una cafetería los fines de semana. Su tiempo para nosotras era escaso, y aunque la recuerdo con ternura, su presencia también se desvanecía entre las responsabilidades.
Mi madre era una mujer de belleza etérea, casi como una figura sacada de un cuento. De estatura mediana, con un cuerpo esbelto y elegante, su rostro irradiaba una calidez angelical. Tenía una piel tersa, unos ojos grandes y redondeados de color avellana, y una nariz delicadamente respingada. En el lado derecho de su rostro tenía un lunar pequeño, un detalle que la hacía aún más especial. Su cabello negro le caía en cascada hasta la cintura, convirtiéndose en uno de los pocos recuerdos visuales que conservo intactos.
Pero todo cambió aquel día fatídico. Esa jornada se llevó lo único que teníamos: a nuestra madre. Recuerdo vívidamente la imagen de su cuerpo tirado en el suelo de nuestra sala, rodeada por un charco de sangre. Juliana, destrozada, estaba sentada a su lado, abrazando sus piernas y llorando desconsoladamente. En el suelo, junto a ella, había un reloj antiguo con un nombre grabado al reverso, unas iniciales que nunca olvidaré: A.M.
Desde entonces, nuestra vida fue un constante ir y venir, mudándonos de un lugar a otro, siempre huyendo, siempre en movimiento. Finalmente, llegamos a Nueva York con la esperanza de un nuevo comienzo, pero en realidad, nuestra pesadilla *p*n*s comenzaba. Con un padre que era sicario, la seguridad y la normalidad eran conceptos ajenos para nosotras. La paz nunca fue una opción. Años más tarde, nuestro padre murió, un ajuste de cuentas, decían algunos. Aunque los noticieros reportaron que se había suicidado, nosotras sabíamos la verdad: alguien más se encargó de silenciarlo.
Con la muerte de ambos padres, fuimos enviadas a una casa hogar donde, al menos en teoría, estaríamos a salvo. Pero los recuerdos de esos días oscuros siguen vivos en mi memoria. Han pasado catorce años desde que tuvimos que escondernos de los hombres que mataron a nuestros padres. Cuando mi hermana alcanzó la mayoría de edad, se independizó y se fue de la casa hogar, llevándome con ella. Afortunadamente, la directora de la casa hogar me permitió vivir con Juliana, aunque las cicatrices emocionales seguían ahí, profundas e imborrables.
Desde ese día, he guardado en mi corazón un odio que se ha convertido en mi motor. Si alguna vez encuentro al hombre detrás del reloj, al responsable de nuestra desgracia, juro que lo mataré como al perro miserable que es. Algunos dicen que el odio consume el alma, pero en mi caso, es lo único que me ha mantenido viva todos estos años.
Hay un dicho que mi madre solía repetir: "Lo que no te mata, te hace más fuerte". Quizás por eso no he encontrado el verdadero amor, o tal vez lo encontré y ni siquiera me di cuenta. En todo caso, no estoy interesada en buscarlo. ¿Para qué? Solo para que la vida lo arranque de mis brazos. Lo único que deseo es cumplir la promesa que me hice años atrás: vengar a mi madre, restaurar lo que la vida me arrebató.
Esta es mi historia, una historia que aún no ha llegado a su final. Todavía tengo capítulos por escribir, caminos por recorrer y, tal vez, un destino que me espera en la encrucijada entre el amor que siento por mi pequeña familia y el odio que alimenta mi existencia. Mi vida es un relato de amor y venganza, de pérdida y supervivencia. Y aunque no sé qué me deparará el futuro, sé que mi historia aún no está concluida.
Narra RubíYa han pasado quince años desde que me condenaron, una condena que he cumplido al pie de la letra. Hoy mi hija cumpliría quince años. Alex me ha visitado todos los días que corresponden, me ha traído fotos y videos de cada una de las personas que tanto amo. Mi hermana ha conocido a otro hombre, es maestro en una institución de adolescentes, se volvió a casar y ahora esperan su primer hijo después de Victoria. En las fotos, los veo felices y radiantes a los tres.Victoria, por su parte, ha crecido y ahora es toda una mujer bella y estudiosa. Estoy segura de que si Mosser la viera, estaría orgulloso de ella. Ha decidido estudiar abogacía, y en parte fue por mí, ya que siempre me enviaba videos diciendo: "Tía, estudiaré y seré tu abogada". Mi niña de ojos esmeralda, la extraño tanto.Katia y Eric están de viaje, disfrutando de sus hijos. Han tenido tres adorables niños, se aman mucho y por fin han dado un paso muy importante en sus vidas: formar una familia sin secretos, algo
Estaba fallàndome la vita... Mientras observaba el cuerpo de uno de los tantos que he mandado al infierno, los aplausos de Ferraro me sacaron de mis pensamientos. Por un momento, me había olvidado de que él estaba presenciando cada pelea con el Escorpión.—¡Bravo! Debo admitirlo, sabes pelear. Creo que le debo mi gratitud a tu exesposo, te ha instruido bien —dice, acercándose de manera cautelosa. Era lo último que esperaba, que empezara a hablar de manera sarcástica.—Deja de nombrarlo, no le llegas ni a los talones —respondo, respirando con dificultad.—Veo que estás al borde de un colapso por las heridas que tienes —vocifera, mientras veo a sus hombres rodearme, apuntándome con sus armas. Pero no puedo resistir la ironía de la vida. Hace unos minutos estaba luchando para terminar con la maldita escoria que me ha hecho sufrir toda mi vida. Ahora estoy en manos de otro mafioso que cree que, por algún motivo, piensa que seré su esposa.—¡Vamos, no trates de luchar! Porque no podrás des
Narra RubíDespués de la muerte de Daniel, el mundo de Alex se derrumbó por completo. Los más allegados y yo quedamos devastados de manera abrupta y sin contemplaciones. Pero lo que no contaba es que mi supuesto y verdadero padre pondría mi vida en peligro por una desesperación de acabar con sus enemigos, aunque eso significara matar a su propia hija, sangre de su sangre. ¿Qué esperar de una persona sin escrúpulos?Desde lejos, mientras un paramédico me examina algunas heridas no tan graves, no dejo de observar las actitudes de Alex. Imagino que la muerte de Daniel fue un golpe duro para él, pero no deja de controlar sus actitudes, lo cual me sorprende la manera serena con que lleva la situación hasta el momento. Pero lo que más me sorprendió es que el jefe de la unidad del FBI sea el padre de Daniel. ¿Acaso Alex lo sabía? ¿Y cómo se conocen? Eran preguntas que no dejaba de hacerme. Preguntas que debo hacerle a Alex. Me acerco a él para hacerlas, pero veo que una chica se le acerca, l
Narra AlexPoco a poco voy despertando, siento como si hubiera dormido por días. Sacudo mi cabeza mientras me incorporo y me siento en la cama. Es una cama extraña, pero lo extraño es que siento el aroma de ella impregnado en las sábanas. ¿Dónde estoy? Me pregunto mientras observo a mi alrededor. Siento una molestia en mi hombro izquierdo y veo una gasa en él, lo que me hace recordar todo, incluyendo esa silueta que acudió a mí. ¿O fue un sueño?Me levanto de la cama y me acerco a una pantalla donde veo imágenes de personas en una residencia. Pero ¿quién vive aquí? Entro en el baño para lavar mi rostro y, mientras lo hago, escucho la voz de alguien llamándome desde el otro lado de la puerta.—¡Alex! ¿Estás aquí? — pregunta la voz, que me resulta muy conocida. Sin perder tiempo, salgo a ver y me llevo la sorpresa de encontrar a Eric parado en la ventana, observando detenidamente lo que pasa afuera.—¡Eric! ¿Qué hago aquí? — Necesito saber qué hago en un lugar como este. Frunzo el ceño
Narra RubíYa han pasado varios días desde que empecé a trabajar para el Escorpión. He matado a muchos hombres por órdenes de él. Recuerdo el primer muerto que me llevé encima; fue algo sumamente imposible de digerir. Recuerdo que estuve una semana sin poder tragar bocado y teniendo pesadillas al respecto. Era a eso a lo que se refería Alex al decirme que no me manchara las manos, pero tarde o temprano me arrastraría en este pozo sin fin, ya sea por su amor, el odio, o por el afán de proteger a mi familia. Solo quedaba algo bueno en todo esto: que mi hermana y mi adorada sobrina estaban lejos de aquí, sin posibilidad de alcanzarlas por los errores de sus seres amados.Daniel poco a poco se está ganando mi confianza. A pesar de saber que amo a su hermano, no pierde oportunidad en pretender algo conmigo, pero lo hago pasar cada momento incómodo. No porque me guste, sino porque en la hora de la verdad sé que él estaría ahí cuidándome, y eso lo tengo muy presente. Hemos ido en cada misión
Narra Alex…Mientras escuchaba la voz de Daniel, me llegan a la mente algunos recuerdos del pasado. Aunque admito que no nos llevamos de maravilla, no puedo dejar de recordar que él es mi hermano. Solo espero no equivocarme con mis decisiones más adelante. Solo me queda esperar los resultados de cada paso que he dado para destruir al Escorpión, aunque sea lo último que haga en mi vida.Escucho llegar una camioneta en la entrada de la residencia. Luego, abro la puerta y veo a Rubí bajar, mientras que Daniel solo me da señas de saludo para que ambos estemos en el ojo de Rubí. Sabía que me taladraría con preguntas más tarde, pero era esto o dejarla sola en esta misión de suicidio.— ¡Por fin llegas! ¿Cómo te ha ido? — Pregunto sin dejarla entrar en la casa. Ella da media vuelta para volver a mirar a Daniel y luego me mira a mí.— ¡Me ha ido bien! ¿Dime, hay algunas cosas que quieras contarme? — No tarda nada en preguntar y cuestionarme.— ¡No, no hay nada que contarte! ¿Cenamos? — Le doy
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