Fiorella
—Debo decir que fue una cena exquisita —alabe la comida preparada por Mariza, ya que había salido deliciosa.
—¡Muchas gracias! Papá también ayudó a cocinar.
—El crédito es todo de Mariza —responde Dante y me gustaba estar aquí, ver la familia que él tenía y como me recibieron fue maravilloso.
—Tendrás que pasarnos la receta para poder hacerla junto con Dante, admito no ser buena cocinera.
—Te pasaré unos tips y un libro de cocina casera que hay en casa, mi abuela me lo obsequio y quiero dártelo, así mí papi sigue degustando aquellas recetas.
—Me parece perfecto —responde Dante y toma mí mano, me sentía tan feliz que no podía describir la sensación tan inmensa que habita en mí alma.
Conversamos hasta muy tarde, pedimos un postre al delivery y luego de ello, sus hijos se fueron a su casa.
—¡Deja eso! —me sorprende Dante al volver, ya que había bajado a acompañar a sus hijos.
—Me gusta hacerlo, además tú cocinaste, es justo que lave la losa —señale mis manos con jabón y el solo