Gabriel y Sarah se encerraron en el despacho y llamaron inmediatamente a Aranda.

—Funcionó —anunció Gabriel—. Antonio acaba de salir de la cocina y ya ha enviado el mensaje. Le dimos el cebo. Un viaje urgente de negocios a Londres que coincide con la visita de Gael.

—Excelente —dijo Aranda, el sonido de su teclado resonó a través del teléfono—. Camila va a morder el anzuelo. Su argumento principal es que usted es un padre ausente. Ella intentará capitalizar esto antes de que usted pueda anunciar el compromiso.

—¿Cómo lo va a usar? —preguntó Sarah.

—Pedirá al juez una orden de emergencia para restringir totalmente las visitas supervisadas, alegando negligencia parental flagrante por priorizar un negocio sobre el hijo, y solicitará una evaluación psicológica inmediata de Gabriel. Es su movimiento más desesperado, pero lógico.

—¿Y la trampa? —preguntó Gabriel.

—La trampa es la jurisdicción. El acuerdo de mediación original que usted y Camila firmaron estipula que cualquier cambio de visi