Vuelvo a beber de mi vaso, ahora el trago me sabe más amargo, pero bo me importa. Necesito drenar de alguna forma mi sistema y el whisky es un buen aliado para eso.
—Me parece. ¿Algo más?
—No, nada más, tu madre está contenta preparando todo y yo feliz de que ella me ayude, es un Sol.
Sí, esa es mi madre, quién me soporta y protege aún de mí mismo y por ello siempre estaré agradecido. Mi bella Blue es mi único bastión ahora en la inmundicia de vida que me creé. No sé qué hice en mi otra vida para merecerla como madre, pero sin Blue no habría salido adelante después de la partida de Ella.
Nuestra mamá sufre al igual que yo, no me pregunten cómo lo sé, solo lo sé y ya, pues mi mamá ha estado cuidando de ambos, desde las sombras como siempre se le ha caracterizado y eso, para mí no tiene precio.
—Así es mi madre. — respondo a secas, vuelvo a la posición en la que estaba y veo como el sol se esconde. Escucho a Natalie moverse en mi sala y a hablar del compromiso y los preparativos. Ya no la tomo en cuenta, sigo pensando en Ella y lo mucho que la he extrañado y en que ni siquiera tuvimos un momento como este para comprometernos.
—Ah, a propósito, también le envié una invitación a tu hermana en los Ángeles. — Escucho salir esas palabras y el mundo se me viene abajo.
—¿Qué m****a acabas de decir?
Me acerco furioso a ella y la tomo por el cuello, arrastrándola hasta pegarla en la pared, donde la estampo sin ningún ápice de arrepentimiento y escucho el golpe seco de su cabeza al rebotar contra la pared. Ella jadea y lucha por soltarse, pero no aflojo ni un milímetro mi agarre, no me importa. Si se muere para mí, mejor. La escucho a penas murmurar.
Mi cerebro no computa, parezco una máquina sin sentimientos, veo todo rojo...
«No ella no, por favor, que ella no venga»
Me dictan los pocos atisbos de conciencia que me quedan, pero vuelvo a recordar esos ojos ambarinos y lo que le hice y caigo en la desesperación. Trato de volver en sí, respiro, inhalo y exhalo hasta que la suelto. Natalie cae al piso suplicando porque el aire entre en su organismo. En cambio yo, me siento en el sofá y tomo mi cabeza. — ¡Maldita sea!¿Cómo pudiste?
—Thomas, cof, cof, cof. Suéltame... Ella de todas maneras se iba a enterar — vuelve a carraspear y me responde lanzando todo su veneno, ¿cómo me pude meter con esta loca? — Ya es hora de que enfrentes a tus demonios y ella es la primera.
—¡Ella no es uno de mis demonios, ella… ella es mi Alma, ¡mía! y no tenías derecho a interrumpir su vida con este compromiso de cartón! — bramo furioso, lo último que quiero es que Ella sufra, ya bastante daño le hice yo.
—Si tanto le importaras no te habría abandonado.
Suelta con todo su veneno y no sé si reir o llorar por la tamaña estupidez que estoy escuchando. Definitivamente esatuve o muy loco o muy drogado cuando acepté comprometerme con ella, pero m****a de alguna forma tenía que mover mis fichas para que Alma no venga a Nueva Yurk. Ni ahora, ni nunca.
Camino como león enjaulado y no medio nada, necesito.... No, quiero salir de aquí, es imperioso que haga algo.
—¡Cállate! Tú no sabes nada. — Natalie se acerca temerosa a mi lado y trata de tocarme, le doy un manotazo y me decido a mirarle, tiene las marcas de mis manos en su cuello y siento lástima por ella, como la siento por mí ahora que mi enana se enterará de lo que hecho. — Esto no te lo perdonaré nunca Natalie, si ella vuelve a Nueva York, las pagarás muy caro.
—¡Thomas! —Salgo de este maldito lugar, ni siquiera me doy cuenta de que había dejado mi bastón y camino a duros pasos hasta el ascensor. Una vez que la caja de metal se abre, me adentro en él y marco el subterráneo. No llamaré a Jack, me mata si sabe que he hecho esto y sobre todo, si sabe dónde iré. Saco el comando de mi Tesla y abro la puerta, hoy será otra noche larga, donde solo hay algo que me hace olvidar la m****a de vida que tengo; pero, sobre todo, olvidarla a Ella.