Las lágrimas llenaron los ojos de Monique. Parecía que este era el final de su vida. En ese momento, no podía evitar preguntarse qué sentirían sus seres queridos si se enteraran de lo que le estaba pasando, si regresara a ellos sin vida. Pensó en su familia, en su madre y su padre. Seguramente quedarían devastados. Y su esposo, su viaje juntos para formar su propia familia apenas había comenzado, pero parecía que estaba a punto de terminar abruptamente.
El hombre aún no había hecho nada, pero ella sentía como si mil cuchillos le atravesaran el corazón al mismo tiempo; ya estaba sufriendo. Monique no quería morir; tenía tanto por hacer, tantos sueños por cumplir. No quería dejar atrás a sus seres queridos.
En ese instante, rezó fervientemente para que alguien viniera a rescatarla, para que de alguna manera pudiera escapar de las garras del hombre.
Monique temblaba de miedo mientras el hombre acercaba su rostro a su cuello y la olfateaba. Incluso sintió su lengua húmeda rozar su piel. S