Capítulo 4.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó ella. —Si papá te ve aquí sin su permiso te golpeará, y yo no quiero eso.— se acercó y sobó mi mejilla con su mano derecha mientras me brindaba una mirada de amor pura.

Hoy había decidido venir a visitarla sin permiso de Kyle, colándome por su balcón. Digamos que con el tiempo él me "permitió" estar con Aurora, también digamos que su luna y mi futura suegra tuvo que ver en eso.

— Quería verte, tu papá no se enterará. — dije pasando mis manos por su cintura para atraerla más a mí.

Nunca habíamos llegado a más que besos, yo quería esperar más para que su primer beso fuera especial, pero mi bestia no, él estaba desesperado y admito que yo también.

Un día, cuando ella tenía diecisiete, la llevé a un paseo por mi manada, claro está que rodeados por una tropa de Kyle. Ya sabía yo que ese sujeto no me dejaría llevarla sin vigilancia de su parte. Por suerte, pudimos escaparnos y mientras hablábamos no pude aguantarme y la besé. Fue la mejor sensación del mundo, y eso que en ese entonces solo había sido un pequeño roce.

— Como si no supieras que mi papá anda alerta a todas horas. Prácticamente duerme con un ojo abierto.— rueda los ojos pero aún con una bonita sonrisa plantada en su bello rostro.

— Lo sabré controlar. Además, tenemos a tu mamá de nuestro lado, ella lo domará y todo resuelto. ¿Algo más?

Ella ríe y yo solo puedo besarla, que maravilloso sonido.

*—¿El de su risa o el sonido que hacen nuestros labios al separarse?- pregunta Akjadib, mi lobo.

*— Ambos. — respondo.

— Te amo, lobito desobediente.— dice al separarnos.

— ¿Desobediente? Si te hago caso en todo.

— Lo sé, pero yo lo digo porque no obedeces a mi papá cuando te dice que no me puedes ver sin su presencia o la de alguno de la familia.

— Más bien yo creo que la que no le quiere aquí eres tú.— me hago el dolido, separándome de ella y todo. — Yo creí que era importante para ti, pero solo parece que finges quererme.— sigo y aún así ella mantiene ahora una sonrisa divertida. Me alegra mucho saber que la hago sonreír con mis payasadas. — Pero vale, ya me voy.

Me doy vuelta y empiezo a caminar directo al balcón. Camino a paso lento esperando a que ella me detenga, y cuando veo que no lo hace y estoy a punto de llegar, me detengo y me volteo confundido y resulta que la dama aquí presente está aguantándose las ganas de reír.

— ¿No me vas a detener?— niega. — ¿Segura? —asiente.

Suspiro resignado y empiezo a decir estupideces. Con tal de verla sonreír así, por ella sería bufón.

— De acuerdo, alguna vieja por ahí si va a querer este cuerpecito, —me señalo completo y logro ver cómo su sonrisa divertida flaquea. — Que tenga buena noche, señorita preciosa. —y para agregarle más drama a la situación, hago una exagerada reverencia para luego volver a voltearme y subir el barandal.

Me subí y pasaron segundos cuando sentí su pequeña mano tomar mi brazo.

— No bromees así. Si alguien llega a tocarte no respondo.— ahora quien ríe soy yo, aún sin voltearme. Supongo que es mi turno de hacerme el difícil. — Hablo enserio, Killian.

Ahora sí me volteo y me bajo quedando frente a frente con ella.

— Pero pensé que no me querías aquí, que estaba bien que otra sí me quisiera.

— Y al parecer piensas mucho hoy. —auch.

— Grosera. —entrecierro los ojos

—Grisiri.— me remeda aún sin soltarme.

Río bajito para no despertar al Alpha.

— ¿Entonces?, Me tengo que ir. —sarandeo un poco mi brazo diciéndole sin palabras que me suelte.

— ¡No!

— ¿No qué?

— ¡Que no, Killian!

Río sabiendo que ella odia prácticamente aceptar un error suyo o que perdió. La amo, ¡Joder!

— Si no me dices entonces me voy.— sentencio.

— ¡Que no quiero que ninguna otra te toque! ¿De acuerdo? Eres solo mío.

¡Lo soy!

Sin decir nada más, la abrazo fuerte estrujándola en mi pecho.

— Solo tuyo, mi luna. —dejo un beso en su cabecita.

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Voy camino a la manada luna creciente, otra vez. Resulta que quiero visitar a mi mate, lo cual hago casi a diario, ¿Pero, y qué? Es mía, puedo hacer lo que quiera respecto a ella.

— ¿Donde está la princesa más hermosa?— pregunto al entrar a la mansión al saber que su olor está cerca.

— ¡Aquí!— grita otra persona; Sam. Río fuertemente.

— Se va a decepcionar la pequeña Lucy en cuanto se entere de que ahora eres princesa.

— Ah, eres tú. Pensé que era mi príncipe azul.— sigue mi broma.

— ¡¿Cómo así, Samuel?!— grita ahora Kyle entrando a la escena.

— Así como lo oyes, me temo que su beta se volvió pirujo. —burlo.— Ciertamente creí que usted tenía un beta rudo.

— Oh, cierra la boca, —dice el beta.— Culpen a las mujeres. Esas te domestican y cuando te vienes a ver, pasas de ser un lobo temerario a un cachorro.

— Tiene razón. ¡Yo era un Alpha rudo! Ahora los prisioneros tienen mantitas y derecho a alimento.— reímos.

Y están en lo cierto, los hombres sin las mujeres no somos nada. O bueno, al menos nosotros.

Nos quedamos callados unos segundos para luego estallar en carcajadas, viendo cómo llegan guiados por el ruido mi pequeña luna, su hermano, Lucy y la luna principal.

— ¿Quién inició la juerga y no me invitó para mandarlo a rodar cabezas?— ésta última es quien habla. Más bien amenaza.

— Fue Killian, amor.— culpa Kyle para luego acercarse a su luna y abrazarla "protectoramente", más bien diría que posesivo.

— Solo se estaban burlando de Sam, —me defiende mi preciosa Luna. Yo la miro embobado. —Es obvio que papá comenzó.

Kyle la mira como diciéndole "traidora" y se hace el ofendido. Mi preciosa solo ríe. La verdad, quien empezó fue Samuel, al responder a mi llamado.

Me acerco a Aurora y tomo su mano dejando un pequeño beso, sabiendo que con su papá aquí no puedo darle ni un beso ni nada.

— ¿Cómo estás?— pregunto.

— Súper.— giña y yo evito gruñir. Ese gesto...

— Vamos a almorzar. —dice interrumpiendo nuestra "charla" la luna Rose.

Lastimosamente ya yo estoy a reventar por el venado que cazamos y comimos en modo festín.

— Oh, lo siento luna, yo ya comí en casa.— me apresuro.

— ¡Que vamos a almorzar, dije!— impone dándome esa mirada que da miedo.

Pobre de su Alpha.

*— ¿A nosotros nos domesticarán así?— pregunta a Akjadib.

*— Así es amigo. Así es.

*— Entonces muero porque eso suceda.

— Ya oíste, ¡A tragar! —grita Kyle. Tiene cara de susto.

Me pregunto dónde quedó el sujeto que furioso me golpeó cuando le traje a su luna de vuelta...

Y sí, Aurora ya sabe lo que le hice a sus padres años antes. Sabe que secuestré a su madre estando embarazada de ella. Sabe que lo hice por venganza a otra mujer. ¿Su reacción? Fue bastante comprensiva. Me dijo que en ese entonces yo era un tonto, y que si esa mujer seguía viva ella misma se encargaría de golpearla por cegarme. También me dijo que no pasaba nada, pues gracias a eso él me encontró y que está feliz así.

¿Mi futura mujer? Es perfecta.

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— Solicito su atención, por favor. —dice Aurora llamando la atención de todos en la mesa y sé para qué es. Lo hemos venido hablando.

Resulta que ella ya tiene diecinueve años, y pensamos que ya era hora en que me la llevara a mi manada, para que viva conmigo como mi mate que es. Ya no puedo estar viniendo tan seguido porque yo también soy Alpha, y mi manada me necesita las veinticuatro horas del día pendiente a ellos, pero tampoco podría dejar de lado a mi luna, así que ella me lo dijo y obviamente yo acepté.

— ¿Qué pasa?— pregunta su hermano viéndome inmediatamente. Supongo que ellos al ser gemelos sienten lo mismo, sabe que su hermana está por tomar una gran decisión. ¿O eran los mellizos?

— Killian les quiere decir algo. — toma mi mano y yo la miro asustado.

Es decir, ¿Quiere tirarme a la guillotina a mí?

— Emm, —empiezo sin siquiera saber qué decir sin cagarla. —Yo... Nosotros, —la miro. —Tomamos la decisión de irnos juntos a mi manada.— suelto.

¿Para qué darle vueltas al asunto?

— Perdón, ¿Escuché bien?— dice el futuro Alpha.

— Sí, a mi también me pareció escuchar que este pedófilo, se quiere llevar a MI pequeñita a su manada para hacerle quien sabe qué.— habla ahora Kyle.

— Si así es, la respuesta es no. No te la vas a llevar.— vuelve a hablar Anthony.

— Ya tomamos la decisión, lo siento. —dice Aurora ahora, tomando mi mano y dándole un suave apretón.

— ¡Ha dicho que no!— grita su padre y así comienza un revuelo entre el sí y el no.

— ¡Ya cállense todos!— grita de repente Rose, luego de lo que parecen horas de ruido, callando a todos.

Literalmente, el lugar quedó en pulcro silencio, hasta que ella vuelve a hablar.

— Esto es un tema delicado. Y Kyle, —éste la mira furioso. —Ya deja de decir que Killian es un pedófilo siendo que tú me allanaste cuando yo tenía la misma edad de Aurora.

«Quiero que sepan que los apoyo. Ya era hora de que te fueras, Aurora.— bromea y mi mate ríe. — Eres mi pequeña niña, y entiendo de que ya quieres tender tus alas y volar hacia tu propia vida. Te entiendo, amas a tu mate y sé con certeza que se siente. —mira un segundo a Kyle quien suavisa su mirada. —Les diría también que mejor se casan antes y luego si se podrán ir, y eso es justo lo que van a hacer. —me mira ahora a mí. —Ella se va contigo pero casada. Sino, no. No lo quiero volver a repetir y tampoco quiero más problemas. ¡Una discusión más respeto a esto y se joden todos!

Vaya, digna de luna.

Kyle y Anthony se levantan de la mesa con brusquedad, llamando la atención de todos para luego ver cómo se retiran furiosos. Rose se levanta y se disculpa, para ir tras ellos.

Miro a Aurora y ella me sonríe.

[···]

¡Hola!, si hay errores, corregiré mas tardecito.

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