— Es un amigo increíble — respondí con una sonrisa. — Y me emocionó mucho la propuesta que mencionaste. El diseño de juguetes es un área que siempre he querido explorar.
— Perfecto. ¿Empezamos?
Otros dos profesionales entraron en la sala. Una era Julia, la directora de marketing, y el otro, Roberto, jefe del departamento de creación. Ambos me saludaron con educación y curiosidad en los ojos. Rodolfo hizo las presentaciones y luego me sacó una silla.
— Bien — comenzó, abriendo la carpeta. — Tenemos un proyecto nuevo, centrado en juguetes educativos para bebés de 6 meses a 3 años. Queremos piezas con texturas distintas, colores que estimulen la vista y, por supuesto, seguras. Nuestro diferencial es combinar lo lúdico con un propósito. Necesitamos ideas nuevas. Y ahí entras tú.
Mis ojos se iluminaron. Era exactamente el tipo de reto que me gustaba.
— Una idea que me vino de inmediato — empecé, apoyando los codos en la mesa con entusiasmo — son bloques de construcción que no solo encajen,