Corrió hacia Chiara, arrodillándose a su lado, lleno de preocupación. Sentí las lágrimas acumularse en mis ojos, pero las contuve con todas mis fuerzas.
—¿¡Qué le habéis hecho!? —me gritó a mí y a Diogo.
—¡Ella vino hacia mí y me tiró vino en la cabeza! —grité con la voz entrecortada—. ¡Diogo intentó impedirlo, y ahora está ahí… fingiendo esta farsa!
—Yo… yo solo tropecé con ella sin querer… ¡me insultó, me amenazó! —lloriqueó Chiara, agarrándose al brazo de Alessandro como si fuese actriz de telenovela.
Él se levantó con los ojos ardie