Mundo ficciónIniciar sesión(Diogo)
Salimos de la empresa juntos, y lo único que quería era sacar a Alice de aquel ambiente cargado. Cogí el coche y la llevé a un restaurante más tranquilo, de esos a los que íbamos cuando necesitábamos un poco de paz. Nos sentamos, pedimos la comida y, entre tanto, ella me miró apoyando la barbilla en la mano.
— ¿Y bien… cómo fue con Lurdes y Renato? — preguntó, con voz suave pero curiosa.
Solté un suspiro pesado y me recosté en la silla.
— Tal y como me imaginaba… — respondí. — Los dos negaron hasta el final. Juraron que no sabían nada, que solo estaban “cuidando” el







