Mundo de ficçãoIniciar sessão— Tres meses después, un día, no podía quedarme en casa. — empecé, con la mirada fija en el suelo. — Sentía que la cabeza me iba a estallar. Había intentado mantenerme al margen, ¿sabes? Solo… darle el apoyo que necesitaba durante el embarazo, pagar las consultas, asegurarme de que no le faltara nada. Pero no quería convivir con ella, no después de todo lo que había pasado.
Alice asintió despacio, animándome a seguir sin interrumpir.
— Era festivo y subí a la azotea del edificio a fumar. — solté una risa nerviosa, amarga. — Un vicio idiota que cogí por la ansiedad. Hacía viento, solo quería aclarar la mente, respirar sin sentir que me ahogaba. Pero… apareció ella.







