Ava Hills.
Una carta anónima llegó esa mañana , pero no fue hasta muy entrada la noche que me tomé el tiempo para leerla.
No le di mucha importancia cuando mi asistente me la entregó, ella solo me dijo que el portero la recibió.
La tomé y la metí en mi bolso con la intención de verla después. Pero había tenido múltiples ocupaciones ese día.
Me había olvidado que la había guardado, buscaba mis tarjetas de crédito, cuando mis manos tocaron ese sobre misterioso.
—¿Quién lo mandaría? —me apresuraba abrir ese sobre. —¡No puede ser! — Mis ojos se agradaron al ver el contenido.
Era una revelación escalofriante sobre la masacre de la manada Luna de Abril, lo que le había sucedido a la familia de mi madre.
“¡Esto no puede ser! Si fuese cierto ahora más que nunca me debería apartar de Liam.”
El remitente había sido tan cobarde que no había dado la cara para acusar al señor Jones.
No era para nada descabellado, el padre de Liam, no era una santa paloma.
Según las insinuaciones de esta carta, el