—¡Iris ya basta! — manda Max enojado pero ni me inmuto a mirarlo.
Ignoro la situación y analizo donde me encuentro al sentir una brisa fría. Me encuentro afuera... noto como la pared de la sala en la que me encontraba está derrumbada. Me giro para enfrentarme al monte verde lo cual ahora tiene arboles caídos en el suelo. No otra vez...
Anastasia respira con dificultad en el suelo y algunos lobos la acompañan en esa situación. Por lo menos no he matado a nadie. Miro nuevamente hacia donde se encuentra Sahara la cual respira como si se le estuviera yendo la vida.
—Sahara... — susurro su nombre caminando hacia donde ella, pero Max se interpone agarrando mi brazo.
—Es una orden de la alfa, no debes de intervenir. — me empuja un poco, pero yo lo tomo por su camisa mirándolo a los ojos.
—Aléjate. — mando con tal autoridad que ni tan siquiera me mira dejándome a mi algo sorprendida.
Noto como unos lobos se acercan a Sahara que respira con dificultad y chil