—¡Aisling, querida! —Zelda me saluda con entusiasmo mientras termino de bajar los escalones—. Mira lo que Alaric te ha encargado. ¿No es precioso?.
Le sonrío y me acerco a los vestidos. En el salón también están dos mujeres con impecables uniformes; deben ser las responsables de la entrega.
—Cielo