—Mira —le muestro mi anillo, extendiendo la mano con una sonrisa—. Es nuestra alianza.
Espero alguna reacción, pero él se limita a observarlo sin emitir palabra.
—¿No vas a felicitarme? —le pregunto con una mezcla de nerviosismo y expectativa.
Por un momento, creo que no dirá nada más y se marcha