—¿De qué hablas? —indaga mi padre.
—Lothar fue quien nos rescató durante aquel ataque, suegro. Estoy seguro de que lo sabe ya —contesta Artem, girándose hacia él—. Intenté localizarlo para darle las gracias, pero era como si se lo hubiera tragado la tierra.
—Ah, sobre eso —admite mi padre, desvian