¿Follarme a mi tío? ¡Qué asco!.
Empujo a Artem con fuerza, y el beso se rompe con un chasquido. Sus ojos, encendidos de furia, dejan claro que quiere volver a intentarlo, pero no le doy oportunidad.
—¡Es mi tío! —grito antes de que se acerque—. ¿Por quién me tomas, bastardo? ¡Quítate de encima!.