—Cállate —masculla, con furia en sus ojos.
—¿Por qué? Sabes que te gusta esto —susurro contra sus labios—. Aunque tu boca me odie, tu cuerpo sigue siendo mío y lo desea como siempre.
Ella me mira con odio, pero en sus ojos veo algo más, una chispa que delata su cuerpo. Aisling sigue empujándome co