Capítulo 115. Secretos crueles.
—¿Es cierto lo que dicen los periódicos?— la voz de Zadye irrumpió con furia en el silencio de la sala de juntas del Golden Galaxy, quebrando la concentración de los presentes y hastiando al candidato de inmediato.
Julián alzó apenas la barbilla, sin molestarse en disimular el fastidio. Báltico, con una seña sutil, ordenó que cerraran las puertas; nadie debía presenciar lo que estaba a punto de ocurrir porque se podría convertir en el próximo cotilleo y no necesitaban más escándalos.
—¿Es cierto que estás saliendo formalmente con esa perra?— escupió de nuevo la mujer, avanzando un paso. Sus ojos eran fuego, pero su voz temblaba lo justo para delatar que no era ira lo que la dominaba, sino una herida.
Julián apoyó la espalda en la silla, con una calma provocadora.
—Y si lo fuera... ¿sería un problema?
El sonido del reloj pareció amplificarse. Zadye apretó los puños.
—¿Cómo que si sería un problema? Se suponía que tú y yo...
—Tú y yo hemos cogido —la interrumpió sin alterarse, s