Desde la presidencia hasta es estrato más subestimado dentro de la nación, era bien conocido que la política era el protagonista de todos los rincones de cada estado. Titulares los alababan y juzgaban por igual, olvidaban y resaltaban a quien creían capaz.

Sobre todo a tres figuras que se movían con sus piezas dentro de un tablero que había dejado de ser pacífico.

Richard Lang mostraba con orgullo a cada integrante de su familia, usando la aparente unión como la fuerza suficiente para sostener un país. La confianza en él crecía. Era imposible no creer en las sonrisas extensas, los abrazos dulces y los discursos donde este elogiaba a su esposa y reafirmaba su amor por ella, tanto como Giulietta reforzaba la imagen de un auténtico matrimonio envidiable.

Pero habían grietas, cuando las cámaras se giraban, se sentía el temor de Giulietta porque su esposo posara los ojos en alguien más joven, más desinhibida o incluso más expresiva. Su marido no dudaba en incluirla en cada reunión, pero