Alexander se relaja, se sienta en la cama y la atrae hasta sentarla encima de sus piernas, se pasa una mano por su pelo ya revuelto.
—Cada vez que he venido es por máximo 5 días, en esta ocasión no era diferente, por cierto me gustaría que me acompañes al cumpleaños de mi padre—.
—¿Qué dirán tus padres de todo esto?—.
—Les vas a encantar y más aún porque no me había tomado vacaciones en mucho tiempo y las pedí para quedarme más tiempo contigo—.
—¿En serio?— Dice emocionada.
—Claro que sí—.
—Pero también me refiero que soy una desconocida y aparecerme el día del cumpleaños de tu papá así nada más—.
—Eres mi mujer, Audra y a mi familia le encantará conocerte. Ahora ven— Toma un pres€rvativ0 de la mesita de noche y se para detrás de ella, en una pared del cuarto hay un espejo del techo al piso y ambos conectan miradas a través de él.
—¿Qué quieres hacer?—.
—Mañana no podrás sentarte, cariño ¿Lo olvidaste? porque yo no—.
*
El despertador suena, tenía un ruidito muy ligero, él lo avienta a