Demetry
Por más que lo quisiera evitar, la falta de consumo de lo que sea que me daba esta gente se empieza a notar. Si no estaba gritándole a todo el mundo, estaba perdido en mis malos pensamientos, sin contar que el cuerpo se resistía a dejar de temblar.
—¿Cuándo va a terminar esto?
Era la cuarta vez en el día en que la enfermera me daba analgésicos y chequeaba mi tensión, la cual, hacía estragos por la abstinencia, el estrés y toda la situación en la que estoy ahora. Y todo parece empeorar.
—Hijo, ¿estás bien? —preguntó mi tía al verme.
—Podríamos estar mejor.
—No te ves bien. ¿Quieres que llame al médico?
—Ya me vio, descuida, ¿quién cuida a Leandro?
Ese necio me preocupa, no sabe lo que es estar tranquilo y mucho menos obedecer. ¿Cómo si estar casi muerto fuera una estupidez?
Mucho más ahora sí se llega a enterar de lo que sucedió con Liah. Ojalá esos desgraciados estén muertos.
—Está dormido, ansioso por saber de Liah ¾. No lo culpo
—Está en todo su derecho. Se va a enfurecer c