Estoy como loca tratando de decidir qué ponerme para la cena con Paolo y Matías. Mi amiga, como siempre, ya sabe qué ponerse, pero yo soy una m*****a indecisa que no sabe qué colocarse.
-Amiga, ya ponte algo, me estás estresando -le digo.
-¡Matilde, ayúdame! -ella entra al cuarto y busca en mi armario qué colocarme hasta que saca un vestido negro con encaje.
-Este es perfecto para ti -me lo entrega y yo lo observo.
-¿Segura? - digo algo insegura.
-Sí, ahora ve y pontelo porque ya casi son las 9 y ese hombre es muy puntual.
Vaya, Matilde tiene razón, me queda muy bien.
-Amiga, eres una diosa de la moda -Matilde sonríe.
-Por eso estudiamos diseño - escuchamos cómo alguien toca el timbre y automáticamente mi corazón se pone a mil.
-Yo abro - menos mal que Matilde se ofreció. Cuando abre la puerta, vemos a un señor con un traje negro.
-Señoritas, el señor Lombardi las espera en su auto - Ambas tomamos nuestros bolsos y bajamos, pero nos llevamos la sorpresa de que hay dos camione