—Larissa Greene, ¿Aceptas por esposo a Archibald Randle para amarlo, honrarlo, y cuidarlo en la salud y en la enfermedad por todos los días de tu vida?
—Sí, acepto.
—Archibald Randle, ¿Aceptas por esposa a Larissa Greene, para amarla, honrarla, y cuidarla en la salud y en la enfermedad por todos los días de tu vida?
—Claro que acepto.
—Por el poder que Dios me ha dado, los declaro marido y mujer, que nadie separe lo que Dios ha unido. El novio puede besar a la novia.
Archi acunó el rostro de su amada esposa, y besó sus labios con dulzura, luego escucharon la algarabía de los aplausos.
Salieron de la iglesia, tomados de la mano, y la gente fue tras ellos, luego recibieron, abrazos, y felicitaciones.
No pudieron ver a Doria, que los miraba de lejos, escondida entre los autos, mirando con tristeza como no podía ser parte de su felicidad; cada semana, Lana le enviaba dinero y surtía su despensa, pero no volvió a visitarla. Lana y Archi concluyeron que, a veces, una forma de amarse a