Capítulo 699
Daniel, sin embargo, no consideró que hubiera nada inadecuado, pues él también estaba por cerrar su puerta.

—¿Pero qué haces? —Elena agarró bruscamente el picaporte.

Daniel la miró confundido: —¿No ibas a irte?

—¡Todavía no me he ido y ya estás cerrando la puerta! —exclamó con voz particularmente alta, sin que quedara claro si estaba reclamándole a Daniel o expresando su disgusto hacia alguien más.

Daniel se quedó perplejo: —¿No dijiste que te ibas? Si no cierro, se escapa toda la calefacción.

Elena suspiró resignada.

—Dile al chofer que maneje despacio al volver. Ha nevado y el camino podría estar resbaladizo —añadió él mientras le entregaba el bolso y cerraba la puerta.

Elena casi rompe sus tacones de la rabia. ¡Estos dos, estos dos! ¡Y se trataba de su propio hijo! ¡Cómo la hacían enojar!

El pie de Lucía estaba casi completamente recuperado, pero por precaución, decidió ir al hospital para un chequeo. Apenas salió con su mochila lista, se encontró con Daniel.

—¿Adónde vas?

—Al hospi
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