Carolina dijo: —Feliz cumpleaños, cariño. Tu padre y yo planeábamos ir a Puerto Celeste dos días antes para celebrar tu cumpleaños, pero la editorial me notificó a último momento que van a reimprimir "Siete Días". Me enviaron tres grandes cajas de portadillas para firmar y realmente no puedo ausentarme. Lo consulté con tu padre y tendremos que esperar hasta la próxima vez que tengamos tiempo libre para ir a visitarte a Puerto Celeste.
Carolina se sentía bastante resignada. Su nuevo libro era un éxito de ventas y ya iba por la tercera reimpresión. Todavía tenía miles de portadillas esperando su firma en el estudio.
A veces, que un libro se venda tan bien también puede ser una molestia.
Lucía parpadeó, mostrándose muy comprensiva: —Es normal que mi mamá esté tan ocupada siendo tan famosa.
Su tono era orgulloso, y su pequeña expresión hizo que Carolina se riera.
—¡Ay! No tienes idea de lo famosa que está tu madre ahora. Hace poco, un lector fanático consiguió mi número de teléfono quién s