Capítulo 658
Daniel lo pensó un momento: —El gris.

Lucía se iluminó, ¡era el mismo que ella prefería!

Daniel le indicó al vendedor: —Nos llevaremos este, por favor cargue la tarjeta.

Daniel se cambió de vuelta a su ropa, y Lucía señaló su cuello: —Aquí, no está bien doblado.

Él intentó arreglarlo, pero seguía sin quedar bien. Lucía decidió ayudarlo directamente. El hombre era alto, así que tuvo que ponerse de puntillas, acercándose mucho a él.

Tan cerca que podían sentir la respiración del otro.

El aroma único de la joven se coló en su nariz. El corazón de Daniel se saltó un par de latidos y su nuez de Adán se movió ligeramente.

Podía sentir claramente cómo los delicados dedos de la mujer doblaban suavemente la tela del cuello, y las yemas tibias de sus dedos rozaban accidentalmente la piel de su cuello, como si produjeran pequeñas corrientes eléctricas que hacían estremecer su alma.

...

Elena había quedado para cenar con alguien, pero como aún era temprano, decidió pasear por el centro comercial.

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