Capítulo 625
Lucía asintió: —Se puede entender así.

Talia frunció el ceño: —Aunque es satisfactorio, ¿la facultad lo aceptará? No son tontos.

—La profesora dijo que ella se encargaría de la facultad, nosotros solo debemos concentrarnos en el proyecto y hacer nuestro trabajo —respondió Lucía.

—¡Excelente, así trabajaremos para nosotros mismos! —exclamó Talia felizmente mientras se metía dos galletas en la boca. Estaban deliciosas. —Si tuviéramos ahora un café caliente sería perfecto...

Antes de que Talia terminara de hablar, sonó el teléfono de Lucía.

—¿Hola?

—Hola, soy del delivery, ¿podrían salir a recoger sus cafés? No puedo entrar aquí.

Lucía se quedó perpleja. ¿Café? Ella no había pedido nada. El repartidor insistió y Lucía tuvo que ir a recogerlo. Eran tres cafés, aún calientes.

Talia: —Lucía, qué considerada, incluso pediste café por adelantado, y de nuestra cafetería favorita, buuu...

Lucía: —No fui yo.

¡Oh!

Talia quedó atónita: —¿Entonces... Carlitos?

Carlos negó inmediatamente: —No fui yo.
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