Capítulo 286
Sofía se quedó estupefacta.

—Tú... tú no estás...

—¿Qué? ¿Decepcionada? —se burló él.

En cuanto Mateo notó los primeros síntomas, había corrido al baño a provocarse el vómito. El calor que sentía era solo un efecto residual de la droga.

—Si estás bien... ¿por qué fingiste hace un momento?

—Para ver tu cara pasar de la esperanza a la desesperación —sonrió con malicia— Es bastante entretenido, ¿no crees?

Sofía temblaba.

—Tienes agallas para drogarme, lástima que no tengas el cerebro para acompañarlas —le espetó— ¡Estúpida! ¡María!

—¿Sí, señor? —respondió la empleada entrando de inmediato.

Sofía intentaba torpemente ponerse el camisón, en una escena patética.

—Recoge sus cosas. En treinta minutos la quiero fuera con todas sus pertenencias. Cambia todas las claves de seguridad. No quiero ver nada que me recuerde a ella en esta casa.

—Como ordene, señor.

María tuvo que arrastrar a Sofía, quien parecía ausente hasta que de pronto reaccionó:

—¡No me toques! —gritó zafándose.

María se detuvo.

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App