— ¿Una escritora que no puede producir obras ni generar ventas sigue siendo una escritora?
Carolina también se enojó: — Tengo muchas ideas, pero tú...
Amanda la interrumpió bruscamente: — Tus ideas no tienen nada especial, carecen de atractivo comercial. Escribirlas solo sería una pérdida de tiempo y recursos, ¡no se venderían! ¿Crees que sigues siendo la aclamada 'Reina del Suspenso'?
— Para ser franca, ¡ya pasó tu momento! Carolina, necesitas enfrentar la realidad y conocerte a ti misma.
— Mamá... — Lucía no pudo soportarlo más y salió de detrás del estante.
Carolina rápidamente contuvo las lágrimas que amenazaban con salir y forzó una sonrisa:
— ¿Las encontraste?
Lucía agitó el paquete de especias en su mano.
— Aquí están. Ya es tarde, papá probablemente ya haya vuelto de la escuela. ¿Deberíamos pagar e irnos?
— Sí, vamos.
— Entonces, Amanda, nos retiramos — Lucía se despidió en nombre de su madre, sabiendo que Carolina estaba demasiado afectada para enfrentar a la persona que la ha