Mundo de ficçãoIniciar sessãoSarah se levantó sin ánimo y por más que Álvaro le insistió que se quedase en cama aquel día, ella no aceptó. Quedarse acostada significaba pensar más y no quería eso. Después de la conversación de la noche con Sebastián, se sentía culpable; ahora, seguramente, él pensaba que ella era la amante de Álvaro, como en su momento lo pensó de su Miguel, su padre.
Álvaro por su parte, miraba a Sarah, estaba distraída, lejana; la conversación con Sebastián la dejó mal anímicamente y él sabía el motivo: ya la creía capaz de ser amante de su padre y ahora, lo más probable es que lo pensara de él mismo. Sarah no era así y no entendía cómo él, conociéndola de tanto tiempo, dudara de su integridad. Ella era inocente, decente y estaba completamente loca por Sebasti&aacut







