Capítulo 26

Cloe se miró en el espejo por segunda vez consecutiva para asegurarse que llevaba la ropa adecuada. Cuanto más tiempo se miraba, más se sentía tentada a usar otra cosa.

Fabrizio se acercó por detrás y la sujetó por las caderas mientras depositaba un beso en su cuello. Como siempre, solo ese gesto bastó para derretirse en sus brazos. Inclinó la cabeza a un costado y él arrastró la nariz a lo largo de su cuello.

—Estás preciosa. —Fabrizio le dio la vuelta y la besó—. No tienes por qué estar tan tensa —susurró él cerca de sus labios—, todo saldrá bien.

Cloe quería sentirse igual de segura, pero la idea de conocer a la madre de Fabrizio era atemorizante. Solo la conocía a través de fotos y todo lo que sabía de ella era gracias a Fabrizio. Alessandro y Ava rara vez la mencionaban en sus reuniones.

—¿A qué hora dijo que llegaría? —preguntó.

—A las siete, pero es muy probable que aparezca un poco antes o quizás después. Con ella nunca se sabe. Tal vez podemos…

Lo que Fabrizio iba a decir se
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